Ursula K. Le Guin: El mundo de Rocannon (1966, Nebulae)

Texto de Carles Llonch Molina

En otra ocasión Toni ha hablado de La mano izquierda de la oscuridad, una de las obras más celebradas de Ursula K Le Guin. Esta estadounidense es sin duda una de mis escritoras favoritas de ciencia ficción y animo a todo el mundo que aún no haya leído nada de ella a explorar su obra que también se adentra en el género de fantasía.

Entre las virtudes más destacadas de los libros de Le Guin está su enfoque. No se trata de la sci-fi dura de los años cincuenta, la de Asimov o C. Clark, centrada más bien en la anticipación científica y el posible impacto de la ciencia en la especie humana y su relación con el universo. Se trata de una ciencia ficción que habla de los problemas sociológicos y políticos de la actualidad mediante la invención de mundos que sirven como espejo, una literatura que utiliza la imaginación como herramienta de crítica y autoexploración. De ahí La mano izquierda de la oscuridad, en la cual se especula con la posibilidad de la abolición del género, o la también extraordinaria Los desposeídos en la que se describe una sociedad libertaria.

Le Guin creó diferentes universos  en los que emplazó sus historias. Los más conocidos son Terramar (Earthsea en inglés, donde se desarrolla una serie de novelas fantásticas) y el Ekumen (donde se desarrollan las antes citadas y la obra de la que hablaremos hoy). Las historias del Ekumen no fueron escritas en el orden cronológico en que se desarrollan, pero tienen ciertos elementos que les otorgan unidad y coherencia.

Ekumen es una palabra maravillosa que viene del griego y que significa algo así como tierra habitada, pero que se ha utilizado para referirse al mundo que una civilización conoce. En este caso, el Ekumen o Liga es el conjunto de planetas habitados por humanos o humanoides, una civilización que proviene de la antigua colonización llevada a cabo por una raza misteriosa y casi mítica, los hainitas. Este pueblo antiguo desapareció junto con su avanzada tecnología, pero con el paso de los siglos los humanos vuelven a desarrollarse y a efectuar viajes intergalácticos en busca de alianzas con sus “iguales”.

Uno de las herramientas más avanzadas que aparecen es el ansible, un aparato que permite la transmisión de información instantánea entre dos puntos cualesquiera del espacio.  Esta invención de Le Guin, que aparece por primera vez en El mundo de Rocannon,  es tan útil a nivel de desarrollo argumental que ha sido utilizada por otras autoras y autores de ciencia ficción.

Este Ekumen se dedica, entre otras cosas, a expandir sus alianzas por el universo y a estudiar los mundos que esos hainitas fundaron en el pasado. El mundo de Rocannon es la primera novela que se publicó de este ciclo, pero como ya hemos dicho, no es la primera en orden cronológico (Esa sería Los Desposeídos precedida por el cuento El día antes de la Revolución que se recoge en Las doce moradas del viento pero que se ha publicado hace poco por separado en una edición ilustrada que me flipa .

La novela se desarrolla en un planeta poblado por dos razas inteligentes. La primera está formada por dos etnias muy diferenciadas, una de vida diurna y otra nocturna. Ambas son de corta estatura y gozan de una comunicación telepática entre sus individuos.

La segunda raza, más parecida a los terrícolas, está formada a su vez por dos grupos sociales que se apoyan en diferencias físicas. Se trata de una especie que vive con un desarrollo tecnológico bloqueado en el conocimiento del bronce, una cultura feudal apoyada en la diferenciación entre los señores (rubios, un poco más altos y de piel oscura) y los hombres normales (de piel clara y pelo moreno). 

La Liga de los Mundos ha establecido ciertos pactos con las razas del planeta. Rocannon es un etnólogo que forma parte de un equipo de investigación, y en un momento dado que se encuentra fuera de su nave todos sus compañeros son borrados del mapa por una entidad desconocida. Este agente de tecnología avanzada ataca también a poblaciones locales y es entonces cuando nuestro protagonista emprende un viaje junto al señor de Hallan (un señor de los Liuar) para localizar a aquellos que han perpetrado tales masacres.

El argumento es sencillo, pero como en otras de sus obras el interés está en el hecho antropológico, el descubrimiento por parte del lector de otras posibles realidades culturales de la mano de Rocannon. Este irá estableciendo diferentes vínculos afectivos que le acercarán a los individuos de unas y otras razas y que generarán un cambio profundo en él.

Otra cosa destacable y que diferencia a esta de las posteriores novelas, es que en ella se aúnan con naturalidad elementos de fantasía (mundo feudal, animales voladores, misteriosos poderes…) con otros de la ciencia ficción más clásica (relatividad temporal, viajes interestelares…) en una peculiar mezcla que enriquece la lectura y que la hace apta también para jóvenes lectores.

Si bien hay ciertas similitudes con el argumento de La mano izquierda de la oscuridad, esta obra no está en complejidad y profundidad a la altura de la misma. Eso sí, se trata de una entretenida y digna predecesora que nos ayuda a entender un poco más el universo del Ekumen.

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