Warren Ellis: Trees: A su sombra (2017, Image Comics, Norma Editorial)

Texto de Toni Signes

No sé si coincidió cuando empecé a ayudar en los cuidados de mi abuela enferma de alzheimer o fue posterior, pero durante unos años estuve muy obsesionado con las experiencias disociativas, el mundo interior y el abandono del cuerpo. Pensaba que mi abuela voluntariamente había abandonado toda actividad consciente y se había refugiado en su cabeza, dentro de la cual seguía experimentando otro tipo de existencia, más enriquecedora y totalmente diferente. Coincidió con mi adolescencia en la cual consumía muchísimo hachis y marihuana, y seguramente influenciado por las lecturas de Escohotado y otros autores relacionados con la temática disociativa y experimentación con drogas, sentí en un par de ocasiones como si mi mente consciente abandonase mi cuerpo y me viese desde fuera. Movidas de fumeta, imagino. Con este bagaje conviví con una idea que me angustió durante una larga temporada y se presentaba de dos maneras distintas. La más habitual consistía en que yo había tenido un accidente y estaba en coma en un hospital, entonces lo que yo consideraba mi vida era en realidad una proyección intelectual de mi cuerpo enfermo, por lo cual en algún momento despertaría y todo lo vivido sería falso, no habría existido. La otra era una variación de la interior y consistía en pensar que mi vida era totalmente falsa y simplemente formaba parte de la historia de otra persona. Yo simplemente actuaba de figurante y repetía inevitablemente mi papel día tras día, sin poder cambiar nada de mi entorno o de mí mismo.

Warren Ellis, junto al dibujante Jason Howard, escribe Trees. Un cómic de ciencia-ficción en el cual una raza alienígena ha llegado a la tierra y se ha establecido en diferentes puntos de la geografía terrestre. Esta raza tiene la apariencia de arboles descomunales con unos troncos desproporcionados cuya cima no alcanza a verse desde la superficie. Los árboles ignoran la existencia de los humanos, a los que no consideran una raza inteligente ni viva. Warren Ellis se sirve de estos árboles en el primer arco argumental (A su sombra) para contar 4 historias con 4 protagonistas diferentes.

Los arboles (a los que Ellis se refiere como obeliscos en alguna entrevista) llegaron a la Tierra diez años atrás a lo narrado en el cómic. Durante este tiempo no han hecho nada, simplemente estar ahí, lo que ha provocado un desinterés generalizado y que nadie los investigue o intente averiguar qué intención tienen. Su silenciosa presencia aunque ignorada por los humanos sí ha alterado la situación política de los entornos en los que se han establecido. Por ejemplo, en la introducción a Trees, un candidato a alcalde de Nueva York insinúa que nadie ha analizado los árboles y que estos han influido en el comportamiento de sus conciudadanos: se ha incrementado el número de acciones violentas. Este acto (podemos dividir la historia en actos según los escenarios y protagonistas) nos introduce al resto de personajes y ubicaciones. Cada historia enfoca diferentes temas y escenarios y se van entrecruzando las diferentes tramas a base de cortes en la historia, con lo que conseguir mantener el ritmo y narrar cada una de manera que mantenga el interés demuestra la maestría narrativa de Warren Ellis en los guiones y la compenetración alcanzada con el dibujante Jason Howard.

Destacaría el tono general de Trees en el que cada personaje se enfrenta de diferente manera a la traición: o es el responsable de ésta o es la víctima. Creo que Warren Ellis representa muy bien el espíritu humano en el que la tendencia inevitable es la satisfacción personal pero también la curiosidad y la supervivencia.

Por otra parte, se nota que Jason Howard ha disfrutado dibujando los cambios de ubicaciones y personajes, pasando del frío y la nieve de Spitzbergen al sol y la luz de China o de Italia. La oscuridad de la noche polar contrasta con la calma de los paisajes italianos y la caracterización de los personajes es brutal. Los italianos son italianos y los chinos son chinos sin recurrir a topicazos y estereotipos. Es admirable la documentación que hay detrás de cada historia y el modo en el que ésta la completa y perfecciona.

Ya me parece flipante Warren Ellis en Transmetropolitan, es sorprendente su sentido del humor (negro y retorcido) y cómo se sirve de las historias de ciencia-ficción para desarrollar sus propias pajas mentales. En el primer volumen de Trees ya se perfila un universo muy interesante que actúa como fiel reflejo del mundo actual que vivimos: la inestabilidad se ha adueñado de nuestras sociedades. La represión sexual sigue presente y además, con la irrupción de grupos fascistas y el blanqueamiento de los nazismos por parte de los medios de comunicación, parece que se está radicalizando. Los partidos políticos crecen amparados en la corrupción, la mentira y la demagogia sin que se produzca ninguna repercusión (y no hablo de votarles o no, me refiero a cambios más profundos y radicales). Así, en Trees, los árboles son un elemento de presión social en la trama de la que Warren Ellis se sirve para desarrollar diferentes historias con las temáticas que le preocupan: política, violencia, investigación científica y sexualidad, todo ello desde una perspectiva en la que se plantean dudas sobre la propia existencia humana, ya que los árboles de Trees no nos consideran una raza inteligente viva. Y joder, visto lo visto, vivos vale, pero inteligentes, no lo creo.

TREES 1. A SU SOMBRA

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