
Texto de Toni Signes
Panini ha sacado en formato grapa la nueva colección Marvel de Estela Plateada: Estela Plateada Negro. Consiste en una miniserie de 5 números en la que el ex-heraldo de Galactus viaja por la galaxia tras caer por un agujero negro en la colección de los Guardianes de la galaxia y vuelve a contarnos historias del personaje tras el paso de Mike Allred. No solo respeta aquel enfoque psicodélico, de hecho lo acentúa, y es un digno sucesor del sublime trabajo de Allred con el surfista. El guionista es Donny Cates, que también está guionizando Matanza absoluta y parece estar creando su propio universo dentro de la editorial; y el dibujante Trad Moore, que ejecuta un trabajo brillante, brutal. Moore nos sumerge en un entorno galáctico en el que la imaginación se desborda como bañada por litros de LSD, de los mejores dibujantes de cómic en este momento, de verdad.
Se supone que esta aventura va a cambiar la vida del surfista, pero bueno, al final todas las colecciones vienen con la misma intención. No obstante, sí hay algunas consideraciones que pueden cambiar el estilo narrativo en el cómic de superhéroes que me gustaría comentar.
Habitualmente en la ciencia-ficción y, sobre todo, en el cómic de superhéroes, el/la protagonista és unico/a, la historia gira a su alrededor y es alimentada por los personajes secundarios (tanto amistosos como enemigos). En cierta manera sigue así una lógica clasista y capitalizada del narrar: el protagonista es reconocible y genera una marca, se perpetúan conceptos clásicos como el de héroe, maestro y salvador. Es el estilo narrativo de las aventurillas desde la biblia, ¿no? Dios es el protagonista de una serie de peripecias disparatadas que sirven para introducir ideología y condicionamiento moral en los lectores y lectoras. Lo mismo pasa con Marvel que en sus cómics ha introducido una serie de valores que darían para un artículo (por ejemplo, el trato del Mr. Fantástico a la Mujer invisible en los primeros 4 Fantásticos de Stan Lee). Estela plateada negro no es así, Norrin Raad sigue siendo el protagonista y el eje vertebrador de la historia pero ésta no viene definida tanto por el surfista como por su viaje y los paisajes que le acompañan. La singularidad del personaje se diluye en los escenarios galácticos del dibujante.
En un reciente taller que realizamos con la artista Paula Bruna en el Centre del Carme, nos planteamos de qué manera podríamos construir alternativas al paradigma actual de la ciencia-ficción (aplicable también al cómic de súper-héroes). El modelo actual de la ciencia-ficción contempla al capitalismo como un mal menor o como un recuerdo bueno del pasado en un futuro distópico. No se entiende el capitalismo como responsable del fracaso social y ecológico de las personas, si no como una ideología o sistema inevitable (por inherente a la raza humana) que nos permite vivir cómodamente. Es decir, el fin del capitalismo vendría acompañado por el embrutecimiento de la humanidad y no al revés, que el propio hundimiento acompaña intrínsecamente al capitalismo. Así, si vemos un futuro desastroso en la ciencia-ficción siempre tendrá un elemento de añoranza del pasado (nuestro presente). Además, en la ciencia-ficción, siempre refiriéndonos a la mainstream, existe un punto de vista humano omnipresente que necesita diferenciar de modo constante entre buenos y malos, sin cuestionarse la legitimidad de los diferentes enfoques y motivaciones. Pues bien, en Estela Plateada negro, los autores juegan con estas ideas enseñando a los enemigos como seres con otras motivaciones y problemáticas, que evidentemente chocan con las del héroe, pero pueden ser asumibles como necesarias en determinados contextos. También, como he dicho, se añade una fuerte presencia de la galaxia gracias al dibujo de Moore, éste nos enfrenta a lo “informe” o desbordado, que, actúa como protagonista y se enlaza con Estela Plateada para narrar su propia versión de la historia. La colección nos expone así a un juego con el cuerpo expandido, con un Estela Plateada que se diluye, literalmente, entre estrellas, galaxias y supernovas, que cuestiona su propio cuerpo, poderes e incluso integridad ética, alejándose de la figura de héroe y presentándose, de este modo, más cercano, que es, en conclusión, uno de los principales objetivos de la Marvel desde su nacimiento.