
Texto de Miss Spaceman
Esta película tiene una estructura perfecta, clásica, tradicional, introducción-nudo-desenlace. Todo el rato estás tranquila por que sabes dónde estás y de dónde vienes y por eso sabes que el final puede no ser predecible, pero sí lógico. Este gran film que me enamoró desde el primer minuto es de Roger Corman, el loco, el visionario, el director de The Attack of the Crab Monsters (1957) o The Little Shop of Horrors (1960).
A su protagonista es verdad que sólo le he visto en papeles dentro de películas de serie B pero por lo visto en su juventud le dieron un Oscar, un Globo y el premio a mejor interpretación masculina en Cannes por la película The Lost Weekend. Este señor inglés se llama Ray Miller y su acento británico hace que ciertas partes del guión se cubran de una capa irritante de desprecio contenido e indiferencia manifiesta que impone su superioridad como si estuviera escrita en piedra. Esta película le llega cuando él ya tiene 56 años y su carrera ya estaba en ninguna parte. O igual Miller estaba feliz siendo menos famoso pero haciendo cosas bien frikis como The Premature Burial, también de Corben; The Thing With Two Heads o Frogs, ambas rodadas en 1972.
Su personaje, el Dr. Xabier, es un científico desarrollando una fórmula que, aplicada sobre los ojos humanos, aumentara nuestro rango de visión más allá de los 380-750 nm normales en nuestra especie. Como los experimentos con animales ya no le satisfacen decide probar los efectos del compuesto en sus propios globos oculares para así tener una información verdaderamente ajustada de los efectos de la droga que acaba de fabricar.
Los primeros 11 minutos de la película son todo oro. La planificación del contenido de las escenas es exacto, consiguiendo contarte en poco tiempo cosas imprescindibles para entender de qué estamos hablando. Desde el examen oftalmológico del doctor donde explican las bases del funcionamiento de la visión humana hasta la demostración con el
mono, todo sienta las bases de conocimiento sobre las que se construye el argumento. Y lo hace de una manera extremadamente dulce y fácil de digerir por cualquier espectador sin quitarle profundidad.
Aunque luego acabe en Las Vegas, el propósito del Dr Xabier es noble. Él quiere desarrollar su fórmula para ayudar a la Humanidad haciendo diagnósticos médicos más precisos, viendo a través de la piel y la carne, pero también quiere ciertamente asemejarse a Dios y ver más allá del Universo en un pequeño momento existencialegocentrista que pasa a un segundo plano hasta el final de la película. Me gusta mucho él. Todos sus momentos, los reflexivos, los desesperados, cuando se entusiasma, cuando de repente se emociona porque está en un guateque con gente más joven y
empieza a ver a todas las personas de la fiesta bajo la visión de rayos X, es decir, desnudas. Ese momento picarón, de señor que está viendo suecas en bikini en Benidorm, también me parece sublime. Por suerte, desde los primeros minutos de la película tenemos a la Doctora Diane Fairfax, empleada de La Fundación (no hay más datos sobre esta empresa), encargada de evaluar si el experimento del Doctor Xabier es lo suficientemente interesante como para que sigan invirtiendo dinero en él. Quiero decir: es un personaje importante. Pero lo que me parece aún más bello en ésta película es que, además, lo demuestra. Es una mujer con criterio, sabe que tiene poder y no se deja impresionar por las paternalistas explicaciones del doctor en ningún momento. Cuando el doctor y ella flirtean lo hacen desde un equilibrio perfecto en el que ninguno se posiciona como débil. Son dos profesionales de alto rango, cada uno el suyo y eso es precisamente lo que les atrae al uno del otro.
Estoy muy cómoda en esta peli todo el rato. Me da lo mismo verla en V.O. que en versión doblada. El doblaje en castellano fue grabado en 1965 por parte de esa colección de voces icónicas del audiovisual español de la época, con ese carácter que le daban entre grave y seco. Si os interesa el mundo del doblaje, aquí os dejo un link con más info. Voy a hablar de los efectos especiales. Brevemente, eso sí, por que no he sido capaz de encontrar información más allá menciones sin descripción en manuales de cine.
El Spectarama no tiene pinta de ser mucho más que un juego de lentes que
descomponga la luz en su espectro, algo muy simple que forzado en el revelado puede generar los preciosos paisajes lumínicos que muestran y representan las visiones del Doctor bajo los efectos de las gotas. El paseo por Las Vegas es pura psicodelia. Puedes sentir la agonía de la visión extrema, el dolor de sus ojos y la desesperación de su cerebro al no poder dejar de recibir estímulos visuales.
Disfutad de esta película, he dejado muy pocos spoilers en este texto. Descubriréis muchas más cosas cuando la veáis. Para mí, es una obra maestra.