Texto de Toni Signes
Hace unas semanas Panini Comics reeditó en tomo la primera serie limitada de Veneno: Protector letal. Fue la primera de muchas, editada originalmente en 1993 con un guión de David Micheline y dibujada por Mark Bagley. Seis números de los cuales, según reza la introducción al tebeo de Julián Clemente, se imprimieron millones de copias. Veneno era un personaje amado y deseado por la chavalería fanática de Marvel Comics. Coincidiendo con el futuro estreno de la película de este personaje es de esperar que empecemos a disfrutar de las reediciones de todas las series limitadas que pudimos leer de jóvenes sobre este personaje.
Y ese es el problema, que cuando la amada Cómics Forum editó en español a Veneno, allá por el 1994, yo tenía 12 o 13 años. En esta pre-adolescencia obtusa que tuve, disfrutaba como un cabrón con cualquier escena de violencia que un cómic pudiera facilitarme. Mis personajes preferidos de esta época eran Lobo de DC y Masacre y Veneno de Marvel; además, solía comprar cualquier cosa que se editara e incluyera la palabra dead, blood, death o war en su título. Os podéis hacer a la idea. Así que cuando entré en la web de Panini y vi en el apartado de noticias la reedición de esta colección limitada en un sólo volumen me emocioné, vamos a dejarlo claro: una emoción controlada, tampoco fue para echar cohetes, me he alegrado muchísimo más al ver que van a publicar el agotadísimo La patrulla X: Dios ama, el hombre mata; en fin, que sí me emocioné y estuve atento para comprarlo.
Han pasado 20 años y aunque me sigue flipando la violencia, no he encontrado ese punto que encontré en su momento con Protector Letal, debe ser la edad que me vuelve más retorcido. Muy resumido: Veneno se larga de Nueva York y decide volver a su ciudad natal tras abandonar su obsesión de asesinar al arácnido y comerse sus sesos porque han pactado una paz tensa entre ellos ya que ambos, a su manera, protegen a los inocentes. En esta ciudad se encuentra sin familia y sin amigos/as que le acojan, así que vagabundea ayudando y asustando a quien lo necesita o se lo merece. Salva a unos mendigos que a continuación descubrimos que viven en una ciudad subterránea la cual se encuentra en peligro de expropiación y derrumbe por un señor rico el cual se convertirá en el enemigo del simbionte; en Protector Letal también aparece Spiderman de extra. Más no cuento, lo mejor es que lo leáis. Sin ser un gran cómic es interesante, sobre todo contextualizado en el momento de su publicación en Estados Unidos, 1993. Marvel y DC habían perdido a sus autores más punteros debido a las políticas de explotación a los artistas que aplicaban. Éstos, cansados de aguantar, fundaron Image Comics. Entre los artistas fundadores destacan Todd McFarlane, Erik Larsen, Jim Lee o Rob Liefeld, lo mejorcito de los 90s. En el caso de Veneno, Todd McFarlane es el responsable de su brutal imagen. En fin, la calidad de las series bajó, hay sagas que recordamos con cariño, pero son malas, seguro, no voy a poner ejemplos, no hace falta. Los autores que quedaron en las grandes editoriales no eran suficientemente buenos tras este debacle y las ventas bajaron (también influyó la política de distribución que adoptó Marvel) lo que motivó que cuando una editorial encontrara un personaje de éxito lo explotara sin contemplaciones. Veneno fue uno de estos becerros de oro al que había que adorar, tras haber sido explotado al máximo en los cómics de Spiderman, era el momento de explotarlo por su valor en sí mismo. Protector letal (y el resto de historias de Veneno) son cómics de acción cuyo punto fuerte se encuentra en el humor macarra de Veneno (Un enemigo le dispara al grito de ¡Traga plomo!, la respuesta de Veneno ¡Prefiero tragarme tus sesos! es casi mágica) y su drástica manera de solucionar los problemas que choca con el espíritu blanco del Universo Marvel hasta ese momento, sólo por eso vale la pena.
Cambiando de tema, lo que más me flipa es el nos mayestático de Veneno, sé que son dos personalidades compartiendo un cuerpo hipertrofiado lleno de babas y con hambre de cerebro, pero siempre me hizo gracia esa manera de hablar sobre todo porque ni Spiderman con el simbionte, ni Matanza o los otros simbiontes posteriores repitieron este deje. Creo que es una manera muy elegante de acentuar la desfasada locura de Eddie Brock.
En la siguiente miniserie (Pira Funeraria) Veneno se enfrenta con Punisher, me imagino que seguiré comprando los volúmenes. Me apetece tener toda la saga de Veneno completa, sobre todo aquellas historias que abandonan la inocencia Marvel pre-nineties para empezar a mostrar unos personajes de moral laxa con soluciones expeditivas y definitivas.